Descripción

El propionato de testosterona es un éster de testosterona de acción rápida utilizado tanto en la terapia de reemplazo hormonal (TRT) como, de forma no autorizada, para mejorar el rendimiento deportivo. Tiene un tiempo de acción más corto en comparación con otros ésteres de testosterona, lo que requiere administraciones más frecuentes.

Mecanismo de acción:

El propionato de testosterona actúa uniéndose a los receptores androgénicos en diversos tejidos, promoviendo la síntesis de proteínas, la retención de nitrógeno, y el crecimiento muscular. También tiene un efecto sobre la densidad ósea, los niveles de glóbulos rojos y la función sexual. Debido a su éster corto, se absorbe rápidamente, pero también se elimina más rápidamente, requiriendo una administración frecuente.

Indicaciones terapéuticas:

• Tratamiento del hipogonadismo masculino (deficiencia de testosterona).
• Terapia de reemplazo hormonal en hombres con niveles bajos de testosterona.
• Usado no oficialmente en el ámbito deportivo para mejorar la fuerza, masa muscular y rendimiento.

Posología:

• Dosis terapéutica en adultos: Generalmente 50-100 mg por vía intramuscular cada 2-3 días debido a su corta vida media.
• Dosis en uso deportivo: Los usuarios suelen inyectar 100 mg cada día o día por medio, con ciclos que duran entre 6-8 semanas.

Contraindicaciones:

• Cáncer de próstata o de mama en hombres.
• Embarazo o lactancia (para mujeres).
• Enfermedad hepática, renal o cardíaca grave.
• Hipersensibilidad a la testosterona o a alguno de los excipientes.

Advertencias y precauciones:

• Supresión de la testosterona endógena: El uso prolongado de propionato de testosterona suprime la producción natural de testosterona, lo que puede llevar a atrofia testicular.
• Puede causar retención de líquidos, lo que aumenta el riesgo de hipertensión.
• El uso prolongado puede aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares, como infarto de miocardio y accidente cerebrovascular.
• En mujeres, su uso puede llevar a virilización (crecimiento de vello, cambio en la voz, agrandamiento del clítoris).
• Puede alterar los niveles de colesterol, disminuyendo el HDL (colesterol “bueno”) y aumentando el LDL (colesterol “malo”).

Interacciones:

• Puede aumentar el riesgo de sangrado si se usa junto con anticoagulantes.
• Puede alterar el control de la glucosa en pacientes con diabetes.
• Uso conjunto con otros esteroides anabólicos o agentes que afectan el metabolismo hormonal puede incrementar el riesgo de efectos secundarios.

Reacciones adversas:

• Cardiovasculares: Aumento de la presión arterial, riesgo de enfermedades cardíacas.
• Hormonales: Atrofia testicular, ginecomastia, disminución de la producción endógena de testosterona.
• Hepáticas: Aunque es menos hepatotóxico que los esteroides orales, se recomienda monitorear la función hepática en tratamientos prolongados.
• Otros: Dolor o inflamación en el sitio de la inyección, acné, alopecia androgénica (pérdida de cabello), cambios en el estado de ánimo y comportamiento agresivo.

Vida media:

La vida media del propionato de testosterona es de 1-2 días, lo que requiere inyecciones frecuentes, normalmente cada 2-3 días para mantener niveles estables de testosterona en sangre.

Debido a su corta acción, el propionato de testosterona es una opción para aquellos que buscan ajustes rápidos en los niveles hormonales, pero el uso requiere monitoreo frecuente y un ciclo de administración más riguroso. Como con cualquier testosterona exógena, su uso indebido puede llevar a efectos adversos graves, especialmente a nivel cardiovascular y hormonal.